Todos en algún momento
hemos hablado de la contaminación o polución. Es ya un lugar común decir que el
medio ambiente que nos rodea está contaminado.
En las escuelas, liceos
y universidades se nos enseñan los diferentes
tipos de contaminantes que existen y se sugiere que podrían afectar nuestra
salud. Pero hasta qué punto ésto es verdad, no lo podemos tan siquiera
imaginar. Si reflexionáramos acerca de cómo el simple hecho de tomar agua,
bañarnos, alimentarnos, respirar, vestirnos, trabajar y divertirnos, nos puede
perjudicar sin que nos enteremos, quedaríamos desconcertados y sin saber qué
hacer.
Los metales pesados
(mercurio, plomo, cadmio, aluminio, estaño, etc.) son algunos de estos
contaminantes ubicuos (están en todas partes), a los que se les ha
responsabilizado de multitud de daños a la salud de los seres humanos. Esto
para mí es un hecho indiscutible y tengo cientos de trabajos científicos que lo
demuestran.
Se han descrito
multitud de dolencias y enfermedades producidas por la ingestión involuntaria
de éstas sustancias, pero hay un tema que no ha llamado mucho la atención y que
a mí me ha parecido que vale la pena exponer: “el efecto antena”.
Al parecer, en las personas que tienen en su cuerpo
almacenados metales pesados, (es decir, TODOS NOSOTROS en menor o mayor medida),
estos metales actúan como antenas que atraen, enfocan, los campos
electromagnéticos que nos rodean. Mientras más metales estén presentes, más
fuerte es el efecto antena, más síntomas y consecuencias nocivas aparecerán.
El Dr. Robert Becker,
en su libro “Cross Currents” (Corrientes cruzadas), explica el hecho de que
bacterias en cultivo, que son sometidas a campos electromagnéticos, son
engañadas en el sentido de que perciben ésto como un ataque inmune y reaccionan
secretando mayor cantidad de toxinas. Esto hace que bacterias que normalmente
son inofensivas, se hagan mucho más virulentas y peligrosas, especialmente en
personas que están contaminadas con metales pesados.
Es un hecho que en la
actualidad los médicos y los investigadores han mostrado gran preocupación por
la aparición de cepas de bacterias resistentes a los antibióticos. Esto ha sido
debido en gran medida al abuso del uso de este tipo de medicamentos cuando no
son necesarios o cuando se utilizan de manera inadecuada. Es por ello que la
recomendación que se hace es que nadie se automedique con este tipo de
sustancias y que tan sólo sean consumidas por prescripción médica. Sería
conveniente que además, se diagnostique la presencia de niveles tóxicos de
metales pesados en pacientes que presenten cepas bacterianas problemáticas, especialmente en enfermedades crónicas, ya que
es posible que la desintoxicación adecuada pueda colaborar en el tratamiento y
facilitar su recuperación.
Pueden revisar los
síntomas de la intoxicación de metales pesados aquí:
Para las personas que
tienen o sospechan que tienen contaminación con metales pesados mis recomendaciones
están acá:
Ya he explicado en otra
entrada cómo nos afectan los campos electromagnéticos y cómo caminar descalzos
nos puede ayudar. Pueden revisarla aquí:
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