sábado, 22 de abril de 2023

CELEBREMOS EL DÍA DE LA TIERRA Y MEJOREMOS NUESTRA SALUD EVITANDO EL "EFECTO ANTENA"

 Desde el año 1970 se celebra todos los 22 de abril, el día de la Tierra.

 

Esta fue una iniciativa que surgió de la necesidad de concientizar a la población sobre los problemas de contaminación ambiental que sufre nuestro planeta.

 

Todos los días 22 de abril, en una gran parte del mundo, diversas personas y organizaciones  elevan su voz, para invitar a la población a tomar consciencia de lo que estos problemas ambientales representan y de, además, tomar acción para combatirla.

 

Y es que debemos tomarnos muy en serio lo que representan los problemas ambientales de la Tierra. No es sólo que los suelos, el agua y el aire estén contaminados, es que esa contaminación ambiental nos está enfermando e incluso en muchos casos, está matando a muchas personas, en todos los rincones del mundo.

 

No puede haber salud para ningún ser humano que viva en un área con elevados niveles de contaminación. Más tarde o más temprano pagaremos las consecuencias.

 

Solventes orgánicos, dioxinas, ptalatos, plaguicidas, herbicidas, radiación, metales pesados como mercurio, plomo, cadmio y arsénico, son sólo una pequeña lista de las sustancias que contaminan nuestro ambiente y que por lo tanto están deteriorando nuestra salud.

 

Es por ello que resulta recomendable hacer un acercamiento a la naturaleza, volver al contacto primigenio. Comer de manera más natural. Comer comida de verdad, sin aditivos químicos que deterioran nuestra salud lenta e inexorablemente.

 

Surge por ello la necesidad de estimular los procesos de desintoxicación natural de nuestro cuerpo, que ya no se da abasto para hacer su función. Sobrepasada con creces por un ingreso constante de toxinas que salen a una velocidad de nuestro cuerpo menor que las que ingerimos.

 

Esto ocasiona que vaya quedando  un remanente que se va acumulando lenta e inexorablemente. Y más tarde o más temprano nos pasa factura.

 

Pero no es suficiente con una alimentación sana, ejercicio adecuado, control del estrés y la estimulación del proceso de desintoxicación de nuestro cuerpo. 

 

Podemos estar haciendo todo eso y aún así perder la salud.

 

Porque hay que también tomar en cuenta un factor que se pasa por alto con mucha frecuencia: la falta de contacto con la Tierra. 


 

 ¿Desde cuándo no caminas descalzo? Conozco personas que no lo hacen desde que eran niños. Y aunque salimos a disfrutar de la naturaleza, vamos al parque, a la montaña, etc., en realidad no nos conectamos con ella. Vivimos aislados (eléctricamente hablando) por medio de las suelas de nuestro calzado y la ropa que usamos.

                                                                               

 Cada día hay más evidencias científicas que demuestran que muchos problemas de salud pueden ser debidos a nuestra "desconexión" con la tierra. Y cuando hablo de problemas de salud me refiero a dolencias como dolores crónicos, artritis, alergias, insomnio, obesidad, fatiga, problemas inmunológicos, hipertensión y muchas otras que por ahora no me las van a creer.

 

Estamos rodeados de campos electromagnéticos y no los percibimos. De hecho, somos seres electromagnéticos y no lo sabemos.  ¿Cuántas veces habremos padecido de dolores de cabeza, subidas inesperadas de tensión, angustias o depresiones inexplicables que pudieron haberse resuelto con tan sólo poner los pies descalzos en el piso?

 

Es tan sencillo, que es como  para no creerlo. Hasta que lo estudiamos.

Nunca había sido tan evidente el poder sanador de la madre Tierra como en este caso.

 

Es probable que sepas que la Tierra tiene un campo electromagnético. Pero ¿sabes que el cuerpo humano también lo tiene, más aún que es posible que cada célula lo tenga?

 

Estos campos electromagnéticos naturales son beneficiosos, no como los otros campos electromagnéticos de los que nos han dicho que son dañinos para nuestra salud.  Me refiero a los de las torres de alto voltaje, los de las antenas repetidoras de las microondas de los teléfonos celulares e incluso los de los electrodomésticos que nos rodean.

 

Los campos electromagnéticos del cuerpo son naturales, forman parte de nuestro ser y son beneficiosos. Ayudan a regular procesos bioquímicos importantes y permiten a las células comunicarse entre sí con impulsos eléctricos. Además están diseñados para interactuar con los campos electromagnéticos de la Tierra para ayudar a mantener una salud óptima.

 

Pero hay un problema: cuando estás desconectado de la Tierra, los sistemas eléctricos de tu cuerpo se alteran y la salud se deteriora.  Te haces más susceptible a los otros campos electromagnéticos: a los artificiales. Y si estas contaminado con metales pesados, tu susceptibilidad se incrementa.


Sólo son sanos los campos electromagnéticos naturales.

 

¿Eres  una de esas personas que dejan cargando el celular en su mesita de noche, tienen un televisor y/o una computadora  en su habitación y quizás también tiene un radio-reloj despertador cerca de la cama?

 

Cada día hay más científicos, organizaciones de defensa de la salud, organizaciones ecologistas e incluso gobiernos que están advirtiendo del daño tan grave para la salud que representan los campos electromagnéticos artificiales. Los resultados han sido tan alarmantes que incluso la Agencia de Protección del Medio Ambiente en los Estados Unidos a llamado a "limitar su exposición".

 

Al parecer,  en las personas que tienen en su cuerpo almacenados metales pesados, (es decir, TODOS NOSOTROS, en menor o mayor medida), estos metales actúan como antenas que atraen, enfocan, los campos electromagnéticos que nos rodean. Mientras más metales estén presentes, más fuerte es el llamado “Efecto Antena” y por ello,  más síntomas y consecuencias nocivas aparecerán.

 

El Dr. Robert Becker, en su libro “Cross Currents” (Corrientes cruzadas), explica el hecho de que bacterias en cultivo, que son sometidas a campos electromagnéticos, son engañadas en el sentido de que perciben esto como un ataque inmune y reaccionan secretando mayor cantidad de toxinas. Como consecuencia, bacterias que normalmente son inofensivas, se hacen mucho más virulentas y peligrosas, especialmente, como lo dijimos anteriormente,  en personas que están contaminadas con metales pesados.

 

Por ello usemos los celulares tan sólo para lo imprescindible. No son equipos para mantener largas conversaciones. No le entreguemos estos equipos a los niños, ya que ellos son los más susceptibles.  No los dejemos cargando cerca de nuestra cama cuando nos acostamos.

 

Apaguemos y de ser posible, desenchufemos todos aquellos electrodomésticos que no estemos usando. Y mantengámonos alejados de las áreas de mayor riesgo electromagnético como las torres de alta tensión, los condensadores  y las antenas repetidoras.

 

Es necesario el contacto directo con nuestra madre Tierra. Caminar descalzos; acostarnos con poca ropa en el piso (que no sea de plástico, madera o con alfombras); caminar sobre la grama (especialmente cuando está húmeda) o sobre la tierra misma.

 

Una manera muy efectiva de hacer contacto con la Tierra y lograr un equilibrio electromagnético con ella, es caminar descalzos en la orilla de la playa. Que las olas nos mojen los pies. Además, es muy relajante.


A todas aquellas personas con problemas de insomnio o mal dormir, les recomiendo que, antes de tomarse una píldora,  intenten primero caminar descalzos una hora en la noche  O que se acuesten en el piso por media o una hora. Luego desconecten todos los aparatos eléctricos que tengan en su habitación. No basta con apagarlos, algunos hay que desenchufarlos, como los televisores, por ejemplo.

 

Hagan la prueba por varios días y tan sólo en el caso de que no mejore el sueño recurran a otras soluciones para ayudarse a dormir.

 

Celebremos pues este día tomando la decisión de volver a a conectarnos con nuestra madre Tierra. Nuestra salud puede depender de ello.

 

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