domingo, 11 de junio de 2023

LA SENSIBILIDAD AL GLUTEN DEL TRIGO VA EN AUMENTO

 


Un trabajo de investigación de la Clínica Mayo y de la Universidad de Minnesota, analizó la sensibilidad al trigo en muestras de sangre congeladas de hace más de 60 años. 

Para su sorpresa, encontraron que hoy en día hay cuatro veces más personas con sensibilidad al gluten del trigo que hace seis décadas.


Los investigadores concluyeron que el cambio de dieta ocurrido desde entonces, es el factor determinante en este aumento.


La forma de vida actual nos ha llevado a consumir trigo a veces en desayuno, almuerzo y cena, sin contar con las chucherías (que están llenas de él).


La preocupación radica en que la intolerancia al gluten del trigo, llamada Enfermedad Celíaca o celiaquía, está relacionada con una tasa de mortalidad cuatro veces mayor que la media de la población no sensible y está asociada a un gran número de enfermedades.


Se define a la Enfermedad Celíaca como una enfermedad hereditaria autoinmune, en la cual el revestimiento del intestino delgado resulta dañado en respuesta a la ingestión de gluten y otras proteínas que se encuentran en el trigo, la cebada, el centeno y posiblemente la avena.


El gluten es la parte proteíca del trigo. Cuando lo ingerimos su digestión es incompleta. Las fracciones de gluten que no se pudieron digerir completamente generan en personas predispuestas genéticamente, una respuesta autoinmune que atrofia la mucosa intestinal. (Autoinmune significa que el sistema de defensa del organismo ataca sus propios tejidos confundiéndolos con patógenos).

La forma clásica de la Enfermedad Celiaca se presenta con diarrea y esteatorrea (heces flotantes y mal olientes) cuando se consumen alimentos que contienen trigo, es decir, pan (de cualquier tipo: integral, arabe, blanco, etc.), pastas (espaguetis, fideos, pasticho, etc.), galletas, tortas, biscochos y la mayor parte de los alimentos procesados (porque aunque no lo describen en la etiqueta, se usa mucho en la industria para dar textura, consistencia y para rendirlos, ya que es muy barato).

 

En la infancia es fácil de diagnosticar, ya que se presenta con desnutrición, raquitismo y frecuentemente anemia por malabsorción intestinal. Se retarda el crecimiento de los niños, presentando menor estatura que el promedio de su edad o tienen problemas de malformación en las extremidades.

 

En la etapa adulta, la enfermedad en su forma clásica por lo general se presenta después de algún evento estresante o enfermedad. 

 

Ahora bien, el problema con la Enfermedad Celíaca es que no sólo se presenta en su forma clásica. Hoy en día se sabe que hay intolerancia, alergia o incluso sensibilidad al gluten no celíaca. De ésto hablaremos en otro artículo.

 

La mayor parte de los enfermos celíacos no lo saben porque son asintomáticos y pasan la mayor parte de su vida presentando síntomas tan dispares como baja fertilidad, estreñimiento o colon irritable, trastornos cutáneos u óseos y nunca son diagnósticados como tales.

 

Entonces, se sabe que la mayor parte de los enfermos celíacos no presenta los síntomas clásicos de la enfermedad. Pero, el hecho de que algunos enfermos celíacos no presenten síntomas no quiere decir que no tengan problemas de salud. Sí los tienen, y muy graves en algunos casos.

 

Aclaremos.

 

Las enfermedades o condiciones asociadas a la Enfermedad Celíaca, sea esta sintomática o no son las siguientes:

 

Anemia por deficiencia de hierro

Osteoporosis y osteopenia

Deficiencia de vitamina K asociado con riesgo de hemorragia y moretones

Deficiencias de vitaminas y minerales

Desórdenes del sistema nervioso (Esquizofrenia, autismo, síndrome de falta de atención, ataques de pánico)

Insuficiencia del páncreas que puede llevar a diabetes

Linfomas intestinales

Síndrome del intestino irritable

Otras sensitividades a comidas, por ejemplo a la lactosa.

Baja fertilidad

Trastornos cutáneos (confirmado: dermatitis herpetiforme, probablemente: queratosis pilar)

Enfermedades de la tiroides

Lupus

Cirrosis biliar primaria

Hepatitis activa crónica

Escleroderma

Enfermedad de Addison

Artritis reumatoide

Síndrome de Sjögren

Síndrome de Down

Rinitis frecuentes

Bronquitis crónica

Sinusitis

Obesidad

 

¿Qué hacer?

El único tratamiento posible, hasta ahora, es la dieta libre de gluten.

Los alimentos a restringir, en general son los siguientes:

Pan de cualquier tipo (blanco, integral, árabe, dulce, etc.)

Pasta, bizcochos, galletas, croasanes, pastelitos, empanadas chilenas y similares.

Bebidas como cerveza, malta y whisky.

Alimentos procesados (salsa Ketchup, mayonesa, chucherías, helados y yogures industriales, bebidas envasadas con espesantes como chicha, jugos y néctares).

 

¿Y cómo saber si se es intolerante o sensible al gluten del trigo si no presenta los síntomas clásicos de la celiaquía?

 

Si sufres frecuentemente de resfriados, o si has sido diagnosticado con sinusitis, o con colon irritable, o eres estreñido, o se te infla el abdomen después de comer, si presentas problemas óseos, o baja fertilidad inexplicable, o presentas problemas cutáneos como dermatitis herpetiforme o queratosis pilar (piel de gallina); en cualquiera de estos casos podrías sufrir de sensibilidad o  intolerancia al gluten. 

 

Si no tienes los medios para hacerte los estudios médicos que lo confirman, has algo muy práctico: deja de comer gluten por una o dos semanas. Si mejoran tus síntomas, ya sabes a qué atenerte.

 

Una aclaratoria adicional: por lo general, cuando somos sensibles al gluten también lo somos a la caseína de la leche, que es una proteína también. Esto es independiente de la intolerancia a la lactosa, que es un azúcar.

 

Y no te sorprendas si al dejar de comer gluten (y quizá caseína también) adelgazas sin pasar hambre y además se te aclara la mente, te tranquilizas y duermes mejor.

 

Hacer el cambio de alimentación no es fácil, me consta, pero vale la pena intentarlo.

 

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