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Parecen mejores que los originales, pero lo que no te han dicho, es que en realidad son un peligro para tu salud.
Ahora veremos por qué.
Están de moda. Nos los pintan como la mejor solución para la producción de alimentos y evitar el hambre en poblaciones menos favorecidas. Son los alimentos transgénicos.
Alimentos transgénicos o modificados genéticamente son aquellos que han sido producidos a partir de un organismo, vegetal o animal, que ha sido modificado mediante ingeniería genética y al que se le han incorporado en su ADN, genes de otro organismo para producir las características que se desean.
Puede ser que a un vegetal le transfieran genes de otro vegetal, de un animal, una bacteria, un virus o un hongo. Y lo contrario también. Que a un animal le inserten genes con características de un vegetal, virus, bacterias u hongos. Cualquier combinación es posible.
Parece tema de ciencia ficción. Pero ya es una realidad.
Gracias a la biotecnología moderna se le puede transferir una cualidad especial de la que carece el organismo seleccionado, para que, por ejemplo, las plantas transgénicas puedan resistir plagas, herbicidas, sequías y muchos más factores que las pueden afectar.
En los supermercados se pueden conseguir frutas y vegetales que tienen vida útil mucho más larga que otros que se siembran naturalmente, también son más grandes y con colores más intensos, por supuesto son más atractivos a la vista, aunque no así, al gusto y olfato, ya que suelen ser más insípidos e inodoros.
Se les suele encontrar con mucha frecuencia en los alimentos procesados industrialmente. Afortunadamente, en muchos países es obligatorio mencionarlo en la etiqueta.
Los más ofrecidos son:
- Maíz y todos sus derivados (harinas, salvados, aceite, jarabe, entre otros),
- Trigo y todos sus derivados,
- Soja y todos sus derivados,
- Papas,
- Caña de azúcar,
- Arroz,
- Tomates de larga duración.
- Fresas o frutillas.
- Otros, cada día más variedad.
Por supuesto, esta técnica permite aumentar mucho la producción de alimentos en grandes volúmenes, con mayor resistencia y mayor durabilidad. Esto es promocionado como una ayuda que disminuiría la hambruna en el mundo.
Ahora bien, los efectos que los mismos provocan en nuestra salud no son tan beneficiosos. Toma nota de lo que pueden producir:
Alergias e intolerancias alimentarias porque que estos alimentos contienen nuevas toxinas y alérgenos que activan el sistema inmunológico del organismo. Cualquier sustancia que no sea natural es de hecho alergénica. Los seres humanos no estamos adaptados a usarlas como alimentos, por lo cual el cuerpo las rechaza.
Ésto además puede conducir al desarrollo de enfermedades autoinmunes, como lupus, artritis reumatoide y muchas otras.
Contaminación en los alimentos, porque se hace un mayor uso de productos químicos en el proceso de cultivo. Al estar modificados genéticamente soportan grandes cantidades de herbicidas e insecticidas, que se usan para eliminar las malezas y facilitar el cultivo y recolección de la especie seleccionada.
Mutaciones genéticas: En los alimentos transgénicos se inoculan genes de virus y bacterias, que potencialmente podrían dar origen a nuevas enfermedades o cepas más patógenas y agresivas de algunas enfermedades como las gastrointestinales.
Esto es algo muy preocupante, tomando en cuenta que a nivel mundial se estima que anualmente existen más de 700 millones de casos de diarrea aguda en niños menores de 5 años, con una mortalidad de 3 a 5 millones de casos al año. La mayor parte de ellos, como puedes imaginarte, en los países menos desarrollados.
Toxicidad hepática debido a los residuos de herbicidas, pesticidas e insecticidas en los alimentos. Éstos han sido relacionados con enfermedades crónicas, hepatitis y cáncer.
Debido a las enormes ganancias económicas que este tipo de alimentos representan, no han sido prohibidos. Pero cada día aumenta la cantidad de investigaciones que buscan evidencia de las consecuencias que tiene su consumo en nuestra salud.
A lo más que ha llegado la FAO (Food and Agriculture Organization of the United Nations), es emitir diversas alertas para que este tipo de comida esté plenamente identificada a través de su etiquetado. Así, tú eres el responsable si los consumes, porque ya te están advirtiendo que son OGM (Organismos Genéticamente Modificados, GMO en inglés). Además recomiendan un consumo moderado y que se prefiera los alimentos orgánicos o de producción regional. Por algo será.
Cuando vayas
de compra de frutas y vegetales, toma en consideración lo que aquí hemos
planteado. No siempre más grande y colorido, es mejor.
Y si todavía utilizas alimentos procesados, no olvides revisar bien la etiqueta.
La información es poder. Eres tú quien los eliges.
Recuerda también que EVITAR es el primer paso para mantener y mejorar la salud. Por eso diseñé mi método 3E: EVITA, EQUILIBRA Y ESTIMULA. La manera fácil y paso a paso que ya está ayudando a muchas personas a lograr una mejor salud. Si quieres información, envíame un mensaje.
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