domingo, 29 de marzo de 2009

UNA SPLENDA NO TAN ESPLENDIDA

Malas noticias para los amantes de los endulzantes o edulcorantes artificiales. Su última conquista, la Splenda, ha resultado no ser tan amorosa como nos lo habían hecho creer.
Investigadores del Departamento de Farmacología del Centro Médico de la Universidad Duke, en Norteamérica, han encontrado efectos nada beneficiosos para la salud. Reduce la microflora fecal beneficiosa (por su importancia, después haré una entrada al blog para tratar este tema), aumenta el pH fecal (¿leyeron la entrada anterior?), contribuye al aumento de peso (irónico eh!) y aumenta la actividad de P-gp, CYP3A4 y CYP2D1. Estos últimos no son nombres de robots de películas futuristas, si no enzimas que participan en el metabolismo de los fármacos que consumimos. Éste último efecto trae de cabeza a los investigadores, ya que le resta eficacia a medicamentos como los usados en quimioterapia y los antiretrovirales contra el SIDA.

A mí, la verdad, no me ha sorprendido en nada la noticia, porque ¿qué es la Splenda?.
Splenda es una marca comercial de un edulcorante artificial que contiene sucralosa (al 1,1 %) y sustancias que no dan sabor sino volumen (maltodexosa y dexosa).
Quisieron venirnos con el cuento de que la molécula de sucralosa era inofensiva porque era un derivado de la sacarosa (azúcar de caña).
Uno de sus lemas era: “sabe a azúcar porque procede del azúcar”.
Pero, ¿cuál es la diferencia?.
La molécula de sucralosa es idéntica a la de sacarosa excepto por la sustitución de tres grupos hidroxilo (un oxígeno y un hidrógeno) por tres átomos de cloro.
¿Ustedes saben como se llaman algunas sustancias orgánicas que tienen tantos sustituyentes de cloro?: Pesticidas organoclorados.
O sea, que consumir Splenda es casi como consumir insecticidas. Nada bueno se podía esperar.

Lo que más me preocupa de este asunto es que veo con terror que están empezando a comercializar la Splenda en saquitos. ¡Ya la venden por kilos!. La gente la está consumiendo como si fuera azúcar, convencidos de que no hace daño y además se presta para hacer dulces, tortas, galletas, etc., ya que no se descompone con el calor.
En tanto que, con la estevia (un edulcorante natural) sucede todo lo contrario en nuestro país. Ha desaparecido totalmente de los anaqueles, después de una tímida introducción, ya que, según me dijeron, hay trabas para la importación y aquí todavía no se cultiva lo suficiente.

No entiendo.

Se nos atiborra con Splenda y se nos niega la posibilidad de adquirir un producto natural, que no sólo no eleva el azúcar en la sangre, sino que la reduce.
¿Qué pasa? ¿Ignorancia o complot?. A veces la ignorancia es peor que la mala intención.
Antes de concluir, quiero describirles brevemente la estevia.
Es un endulzante natural extraído de la Stevia rebaudiana Bertoni, una plantita originaria de Paraguay y del Sur de Brasil. Denominada Ka-a he-é (hierba dulce) por los indios guaraníes y su uso es ancestral.
No tiene calorías, o sea que no engorda. No sube la glicemia, el azúcar en la sangre. Al contrario, tiene efecto hipoglicemiante. Mejora la tolerancia a la glucosa (o como dicen otros, la resistencia a la insulina). Ayuda en el control de la presión arterial y es cardiotónico. Tiene efecto antioxidante (o sea, antienvejecimiento) y presenta actividad antibiótica, especialmente contra Escherichia coli, Stafilicocos aureus y Corynebacterium difteriae, así como también contra el hongo Cándida albicans. Actualmente, se está estudiando su posible efecto contra la osteoporosis.
¿Qué tal?
Repito, no entiendo. Hay que abrir la importación de estevia y promover su cultivo y producción en nuestro país; así como difundir la verdad sobre la Splenda y todos los otros edulcorantes artificiales.
La polémica está servida.

Nota posterior: Vean las moléculas de sucralosa y de sacarosa, y saquen sus propias conclusiones.


                 



miércoles, 18 de marzo de 2009

PH, CANCER, NANOPARTÍCULAS Y DIETA ALCALINIZANTE.


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Acabo de leer en la prensa, que científicos de la Universidad española del País Vasco (UPV), crearon un método de tratamiento capaz de diferenciar las células cancerígenas y liberar fármacos en ellas, sin afectar las sanas. El novedoso tratamiento consiste en la utilización de nanohidrogeles.
Como la investigación de nanopartículas está de moda y el tratamiento del cáncer nunca deja de estarlo, compartiremos esta vez sobre esta interesante noticia.
En primer lugar hay que aclarar qué significa “nano” ¿Por cierto, alguien se acuerda de Mork y Mindy?. Nano, nano.
Nano se refiere a que la partícula tiene una o mas dimensiones del orden de 0.1 milésimas de milímetro (100 nanómetros). Es decir, estamos hablando de partículas muy, muy pequeñas. Más grandes que los atómos y algunas moléculas, pero más pequeñas que los virus y bacterias.
Hoy en día se habla mucho de nanopartículas, nanotecnología y hasta nanorobots. Es un tema de mucha actualidad.
Por otra parte, los hidrogeles son polímeros en forma de red que se hinchan por absorción de agua, pero que no se pueden disolver en ningún líquido. ¿Alguién llegó a ver los muñequitos que al meterlos en agua crecían de tamaño? Ese es un ejemplo de hidrogeles. En el caso de los nanohidrogeles, estamos hablando de partículas de hidrogeles de tamaño “nano”, es decir, de 0,1 milésimas de milímetro.
El procedimiento desarrollado por los científicos españoles consiste en lo siguiente: colocan un fármaco anticancerígeno dentro de las partículas del nanohidrogel y le adicionan ácido fólico. Estos nanohidrogeles así preparados son capaces de detectar cambios en el grado de acidez del medio celular. El pH de las células cancerígenas es más ácido de lo normal en el cuerpo (el pH de la sangre es, con muy pequeña variación alrededor de 7,4; en tanto que en la zona donde se localiza un cáncer es de 4,7 a 5,2). Los nanohidrogeles se desplazan a través del torrente sanguíneo hasta detectar la zona de bajo pH, y al llegar a allí, el ácido fólico que contienen les permite penetrar la membrana de las células cancerígenas. Una vez dentro, el cambio de pH favorece la absorción de agua, con lo cual los nanohidrogeles se hinchan hasta que liberan el fármaco, dentro de la célula. Esta revolucionaria técnica, permite al fármaco actuar directamente en las células cancerígenas sin perjudicar las sanas. Esta, hasta ahora, era la mayor objeción que se le hacía a los tratamientos con quimioterapia, que a veces hacen más daño que bien. Es realmente una idea genial.
¿Espectacular verdad? Nos hace sentir partícipes de una historia de ciencia ficción. ¡Sustancias “inteligentes”!. Que se comportan de manera distinta en ambientes diferentes.
Pero, un momento... ¿Alguien ha recapacitado en la afirmación anterior de que las células cancerígenas están más ácidas de lo normal? ¿Por qué sucede ésto?. ¿No sería más sensato estudiar esta anomalía para evitar que se forme el cáncer, en lugar de tener que tratarlo?
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LA DIETA ALCALINIZANTE Y LA SALUD
El llamado pH es un indicador del grado de acidez o de alcalinidad de una solución. Se mide en una escala que va de 0 a cerca de 7 para lo ácido (mientras más bajo más ácido) y por encima de 7 hasta 14 para lo alcalino (mientras más alto, más alcalino). El pH 7, es neutro (como el agua pura).
El pH normal de la saliva oscila entre 6,5 - 7,4 , el de la orina entre 5,5 – 6,5, y el de la sangre tiene un margen muy estrecho (7,38 - 7,42). El pH de la sangre es tan importante que debajo de 7 o por encima de 7,8 sobreviene la muerte. Es pues, un parámetro fundamental en el monitoreo de la salud.
Algunas de las enfermedades asociadas a una acidificación de nuestro cuerpo son:
Cáncer
Artritis reumatoide
Artrosis
Osteoporosis
Lupus
Asma
Bronquitis
Sinusitis
Enfermedad de Crohn
Enfermedad Celíaca
Esquizofrenia
Esclerosis múltiple
O sea, que no es sólo el cáncer.
La variable que más influye en las variaciones de pH de los fluidos corporales es nuestra alimentación diaria. Una dieta basada en alimentos acidificantes (que no es lo mismo que alimentos ácidos) baja el pH; mientras que una dieta basada en alimentos alcalinizantes, lo sube.
¿Entonces qué comer?
Los alimentos acidificantes son las carnes (res, pollo, cordero, pavo, pescados, mariscos), los quesos, los huevos, las grasas (todas), el azúcar y todas las harinas (carbohidratos).
Los alimentos alcalinizantes son, en general, todas las frutas (incluidas las cítricas) y los vegetales.
Para el mantenimiento de la salud, es recomendable ingerir una proporción de aproximadamente un 20-30 % de alimentos acidificantes y un 70-80 % de alimentos alcalinizantes.
Queda ahora como tarea, que cada quién se cerciore de qué proporción de alimentos acidificantes/alcalinizantes consume cada día y sabremos hacia donde estamos llevando a nuestro cuerpo. Una dieta plena de frutas y vegetales es la mejor inversión que podemos hacer por el mantenimiento de nuestra salud. Y sin necesidad de sustancias “inteligentes”. Basta con que el inteligente seas tú, sobre todo a la hora de comer.

miércoles, 11 de marzo de 2009

LA VIA DE LA NATURALEZA



Me gustaría abrir este blog con una aclaratoria sobre el término Naturopatía.
Mucha gente está confundida con relación a la etimología de la palabra y ésto se presta a malas (a veces muy malas) interpretaciones.
La palabra Naturopatía es un neologismo. Surgió hace poco más de un siglo en Norteamérica. La primera persona que usó el término fue el Dr. John Scheel, de Nueva York. Luego fue registrada, previo acuerdo con el Dr. Scheel, por el Dr. Benedict Lust. Este fundó la primera escuela de esta disciplina, la American School of Naturopathy, en Nueva York en 1905. Por este motivo se le reconoce como el fundador de la disciplina.
Existen dos versiones sobre el origen de la palabra. La primera establece que el término Naturopathy es un anglicismo derivado del griego physician, acuñado por Hipócrates, proveniente de physis, que significa naturaleza.
Otros plantean que naturopathy es una palabra de origen inglés, proveniente de las palabras nature y path, es decir, la Vía de la Naturaleza.
Aplicaré la navaja de Ockam y me quedaré con la explicación más sencilla. Traducida literalmente del inglés sería: El Camino o la Vía de la Naturaleza.

¿Qué significa entonces la Vía de la Naturaleza?
Podemos definir la Naturopatía como la terapia (los naturópatas somos terapeutas), que utiliza los recursos de la Naturaleza para promover la Salud. Y coloco Salud con mayúscula, ya que se trata, no sólo de no estar enfermo, si no, de sentirse bien física, intelectual, emocional, social y espiritualmente.
La Naturopatía enfatiza la capacidad innata que tiene el cuerpo de curarse y recuperar la salud. Sólo debemos permitir que la Naturaleza tome su curso, su vía.
Los recursos que se utilizan para que el cuerpo se sane son: la alimentación, el ejercicio, la respiración, la meditación, el agua, el sol, el contacto con el medio ambiente natural, las plantas y los minerales, y diversas terapias complementarias (masajes, drenajes linfáticos, chigong, yoga, taichi, acupuntura, Reiki, aromaterapia, etc.).
La Naturopatía, en resumen, lo que promueve, es un estilo de vida. Un enfoque holístico de la Salud.
En los casos que se requiera, el naturópata referirá al enfermo al médico especialista y en ningún caso suprimirá ni cambiará el tratamiento que éste prescriba, sino que lo complementará (con tratamientos que no interaccionen con aquél) e indicará al enfermo, un cambio en su estilo de vida, ya que son los malos hábitos, los que precisamente, conducen a la enfermedad.