miércoles, 18 de octubre de 2017

DEL MITO DEL RABANO YODADO Y LA TIROIDES



   He querido aclarar en este artículo, un tema de mucha importancia que ha sido muy  mal manejado. 


   Con mucha frecuencia me consigo con expresiones como: "El rábano es bueno para la tiroides porque tiene mucho yodo".


   Señores, presten atención: el rábano NO tiene mucho yodo. Y NO debe ser consumido en caso de hipotiroidismo.


   Aclaremos

   El rábano (Raphanus sativus) es una  planta de la familia de las brassicaceae o crucíferas (como las coles, el coliflor, el brócoli, las coles de Bruselas, la mostaza, la rúgula y los berros). Se cultiva por sus hermosas raíces comestibles de un bello color rojizo y corazón blanco. Con un ligero sabor picante y amargo, es acompañante ideal de muchos platos crudos o cocidos. Otro rábano blanco, el daikon, es parte esencial de la comida japonesa y el inefable  wasabi que acompaña los platos de sushi, es una variedad de rábano muy picante.

Tanto romanos como egipcios mencionan su uso desde la antigüedad. Estos últimos daban tanta importancia a su consumo, que era dieta obligada en los constructores de las pirámides, junto al ajo y las cebollas, ya que sostenían que les daban fuerza e impedían que se enfermaran.


Los beneficios para la salud del consumo de los rábanos son múltiples. Excelentes como antioxidantes, son muy ricos en fibra,  vitaminas del grupo B, C, folatos y minerales. Más no  son los vegetales  más ricos en yodo, como creen muchas personas. De hecho las papas (patatas) tienen un mayor contenido de yodo que los rábanos.


Usado externamente, el jugo de rábano exprimido ayuda en la curación de las heridas en la piel. Es particularmente útil en caso de quemaduras leves; ayuda a cicatrizar y a aliviar el dolor.


El rábano es diurético, por lo que ayuda en la prevención de la formación de los cálculos renales. Pero su mayor beneficio para la salud, es la protección que ofrece al hígado y a la vesícula. Esto es debido a su capacidad para facilitar la formación de bilis, gracias a su contenido de unos compuestos azufrados denominados glucosinolatos o tioglicósidos. Estos son los que le dan ese característico sabor picante y amargo que a muchas personas no les agrada. Más, sin embargo, son el mayor tesoro nutricional que tienen.


Algunos compuestos químicos derivados de la digestión de los glucosinolatos son los indoles y los isotiocianatos. De estos últimos van a oír hablar mucho por sus propiedades anticancerígenas. Por otra parte, estos compuestos azufrados tienen propiedades antisépticas, por lo cual los rábanos han sido usados tradicionalmente, en preparaciones medicinales contra molestias en la garganta, bronquitis, asma y tos irritativa.


Ahora bien, lo que es su principal beneficio puede ser al mismo tiempo su principal inconveniente… si tienes hipotiroidismo.


El hipotiroidismo es una condición en la cual la glándula tiroides produce muy poca cantidad de las hormonas tiroideas. El cuerpo presenta un metabolismo lento en general, ya que estas hormonas son fundamentales para que se realicen la mayoría de las funciones orgánicas. Esto ocasiona una variedad importante de dolencias, entre las que encontramos:


Retardo mental en los niños


Fatiga


Aumento de peso


Intolerancia al frío


Dolores en los músculos y las articulaciones


Depresión


Cabello fino y seco


Piel seca


Estreñimiento


Problemas menstruales


Problemas cardíacos     


De acuerdo con la causa,  el hipotiroidismo puede presentarse con una glándula  tiroides más pequeña de lo normal o por el contrario mucho más grande. Esta última condición se conoce como bocio. El bocio también se puede presentar en casos de hipertiroidismo o tiroiditis.


Todos los alimentos que contienen isotiocianatos son bociogénicos.   Es decir, favorecen la formación de bocio. Por ello NO son adecuados para personas que padezcan de hipotiroidismo. Ya los mencionamos: las crucíferas, es decir,  brócoli, coliflor, coles, mostaza, berros y por supuesto, el rábano.  


Ahora bien, ¿de dónde viene la confusión? ¿Por qué algunas personas recomiendan el rábano como fuente de yodo en problemas de tiroides, si en realidad no tiene tanto yodo e incluso está contraindicado en el hipotiroidismo?


La verdad no la sé, pero me aventuro con una hipótesis. Me atrevo a decir, que a los jarabes que se preparaban con rábano, para aprovechar sus propiedades antisépticas (¿recuerdan que mencioné  su uso en preparados para la garganta, el asma, la tos y la bronquitis?) se le debe haber añadido yodo, precisamente para evitar su efecto secundario sobre la tiroides. De hecho el remedio se llamaba y se llama “rábano yodado”. Pienso que si se “yoda” algo es porque no lo tiene.


Si tú amigo lector, conoces algo al respecto, agradeceré en mi nombre y en el de los lectores de este blog, que nos lo compartas en la sección de comentarios.


 


P.D.: gracias a Pixabay por la imagen de los rábanos